Rutinas para el día a día
Hay muchos hábitos saludables en la oficina que olvidamos en nuestro día a día, el mobiliario de oficina, la postura corporal, y otras condiciones pueden afectar a la forma en que se siente y trabaja. Quienes están frente a un ordenador durante muchas horas al día se quejan de diferentes molestias relacionadas con la vista, cervicales, articulaciones, estrés e irritabilidad. Adaptando el entorno de trabajo y creando unos hábitos saludables en la oficina, podremos reducir estos problemas.
Hábitos saludables en la oficina – El monitor
- Trabaje con monitores que lleven un tratamiento antirreflejo o incorporen un filtro especial. Los monitores reflejan en su mayoria la luz que le llega. Estos destellos son molestos para el ojo, porque reducen la legibilidad y obligan a una constante acomodación de la visión.
- Regule el brillo y contraste para adaptarlos a las condiciones del entorno.
- Procure que la pantalla esté siempre limpia. Las huellas y demás suciedades también provocan reflejos.
- Coloque el monitor en la posición correcta y ajuste su ángulo de visualización. Sitúe la pantalla a una distancia entre 50 y 60 centímetros. Nunca a menos de 40 centímetros. La parte superior de la pantalla debe estar a una altura similar a la de los ojos, o ligeramente más baja.
- La pantalla debe colocarse perpendicular a las ventanas. Nunca enfrente o de espaldas a ellas.
- También es conveniente usar un atril para los documentos. Colocándolo a una distancia equivalente a la pantalla, a su misma altura, y junto a ella. De esta forma no se baja y se sube constantemente la cabeza para mirar y se reduce la fatiga visual.
Hábitos saludables en la oficina – El teclado
Al manipular un teclado, las manos adoptan una posición forzada, hacia afuera, y quienes deben digitar muchas horas al día pueden tener problemas en sus manos y articulaciones. Un teclado ergonómico ofrece ventajas: apertura de las partes acomodándolo al mejor ángulo de trabajo, teclas situadas donde los dedos tienen una posición de descanso.
- Estable durante su uso. Que no se deslice sobre la superficie en la que reposa.
- Suave en su manipulación. Que no requiera ejercer una presión grande sobre las teclas que se pulsan.
- Con el espacio necesario delante para poder apoyar cómodamente brazos y manos, a fin de reducir la fatiga en los brazos y la tensión en la espalda.
- Situado dentro del llamado espacio asequible, que comienza a partir del borde de la mesa. Así se evitan posturas forzadas, como trabajar con los brazos estirados.
- Es recomendable situarlo justo debajo del monitor. Cuando se encuentra en superficies laterales con respecto a él, obliga a girar la cabeza a derecha o izquierda (según esté la pantalla).
- Para los dolores de muñecas y dedos un buen ejercicio es lavarse las manos con agua fría a menudo. Esto mejora la circulación, alivia las molestias y previene inflamaciones
Hábitos saludables en la oficina – El mobiliario.
En este apartado si que somos expertos y te podemos ayudar a diseñar un buen puesto de trabajo en el que desarrolles toda tu imaginación.
De nada sirve contar con un equipo ergonomicamente preparado, si luego trabajamos sobre una mesa en la que no nos caben las piernas, o nos sentamos en una silla sin respaldo. Las malas posturas representan, en general, el 75% de las lesiones: dolores de espalda, molestias cervicales, lumbalgias… El mobiliario del puesto de trabajo es, pues, fundamental para no dañar nuestra salud, y es uno de los hábitos saludables en la oficina, que tenemos que tener en cuenta.
Hábitos saludables en la oficina – La mesa
- Superficie de color claro y mate.
- Que soporte el peso del equipo y de cualquier persona que se apoye sobre alguno de sus bordes.
- De dimensiones suficientes como para permitir una colocación flexible de todo el material de trabajo. Se recomiendan unas medidas mínimas de 120 x 90 centímetros.
- Espacio interior suficiente. Para evitar que las rodillas choquen o que no se puedan estirar un poco las piernas. 60 centímetros de ancho y 65-70 centímetros de profundidad son las medidas más aconsejables.
Hábitos saludables en la oficina – La silla.
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- Frente a las cuatro patas convencionales, optamos por las sillas con cinco apoyos y de ruedas antideslizantes, que eviten desplazamientos involuntarios.
- Graduable en altura. Los pies han de apoyarse en el suelo. En caso de personas bajas o niños es aconsejable utilizar un reposapies que, además, evita la comprensión de la circulación en los muslos.
- Respaldo regulable en altura, profundidad e inclinación. Con la forma de una S suave, cóncavo a nivel torácico y convexo a nivel lumbar, para que se adapte a la estructura de la espalda.
- Los reposabrazos no son imprescindibles. De tenerlos, su altura no debe obstaculizar la movilidad.
- La base del asiento, flexible pero firme. Con una distancia suficiente entre el borde del asiento y la cara posterior de la rodilla, para facilitar la circulación sanguínea.