Sayanomoto
Hoy viajamos hasta el país del sol naciente para seguir con nuestra inspiración. En este caso nos hemos fijado en el mobiliario clínica de salud mental Sayanomoto, que iba a estar ubicada en Saga City.
El arquitecto encargado de este proyecto fue Kentaro Yamazaki en el año 2014 y para desarrollar el proyecto contaba con una superfecie de más o menos 310 metros cuadrados. A lo largo del cual se instaló el mobiliario clínica necesario para este centro de salud mental.
La propuesta para este famoso arquitecto japonés fue diseñar una clínica de salud mental en Saga, que estaba especializada en el tratamiento de pacientes y enfermos con demencia senil.
Al igual que en otras ciudades y regiones del mundo, el envejecimiento de la población crea nuevas necesidades, y este centro es un claro ejemplo de la necesidad de atención médica para los más mayores de nuestra sociedad.
Por normal general, las instalaciones de atención médica, son planificadas, estudiadas y construidas siguiendo el consejo de médicos profesionales con el único objetivo de construir un espacio con el mobiliario clínica adecuado y que los tratamientos sean eficientes y seguros para los pacientes.
Sin embargo, en esta clínica Sayanomoto, se ha creado un espacio común especial de “aprendizaje” destinado a pacientes que viven con demencia y para puedan también estar con sus familias.
Así podemos observar mobiliario clínica como estanterías para libros (con un estilo que recuerda a las estanterías Class presentes en nuestra web) o soft seating como sillones y zonas de relax.
Este espacio de aprendizaje no está destinado a tratar directamente la enfermedad, pero sí a proporcionar a los visitantes un punto de partida para ser capaces de enfrentar la condición de sus seres queridos.
En el jardín exterior se ha intentado recrear el paisaje de los arrozales y montañas utilizando la flora local. Se construyó una estantería de 30 metros (que podemos ver en las imágenes) que contenían más libros pictóricos que impresionan más a los lectores.
Con este espacio común se ha logrado que pacientes, personal y familias puedan intecatuar y tener una conexión a través del aprendizaje.
Fotografía: Naoomi Kurozumi