Adaptarse a los nuevos tiempos de oficina
Las oficinas inteligentes es una tendencia cada vez más creciente. Ya no es futurible, los nuevos espacios de trabajo están conquistando los complejos empresariales y las empresas tienen más claro día a día que es necesario realizar una inversión tanto en el edificio como en el mobiliario para mejorar el bienestar y la felicidad de los trabajadores.Atrás quedan los tiempos en los que las oficinas eran junglas de papeles, espacios oscuros y un ambiente que se parecía más al de una caverna que al de un lugar donde poder desarrollar tu trabajo del día a día.
El ahorro energético se ha convertido en un deber y cada vez son más los edificios que obtienen el certificado LEED. Se trata de un reconocimiento que pone en valor los materiales utilizados en los edificios, uso eficiente de la energía y del agua y que está a la vanguardia tecnológicamente hablando.
Cada más personas tienen un puesto de trabajo itinerante, es por esta razón que las oficinas más modernas apuestan por un modelo de reserva de puestos de trabajo. Esto quiere decir que en función de tu agenda diaria realizas una reserva del puesto o no. Los nuevos puestos de trabajo están en constante interacción.
Una de las oficinas más asombrosas y más avanzadas es el edificio The Edge, situado en la ciudad de Ámsterdam. Los empleados se comunican con el edificio a través de una aplicación móvil, el edificio va registrando esta información y está en un aprendizaje continuo para ofrecer al empleado las mejores condiciones de trabajo: es capaz de regular la luz o cambiar la temperatura para adecuarse a la de cada trabajador.
En España, uno de los ejemplos lo tenemos en Madrid con la sede corporativa del BBVA, “La Vela”. Posee unos sistemas realmente avanzados que están cerca de la inteligencia. Todavía no podemos hablar de inteligencia en las oficinas hasta que se puedan anticipar y modificar su comportamiento ante distintas variantes.
Un ejemplo de estas oficinas inteligentes sería poder cambiar la temperatura del termostato de forma anticipada y en función de datos que provengan del instituto meteorológico, DGT o redes sociales.
Otra muestra de las oficinas inteligentes son las pizarras interactivas a las cuales los trabajadores pueden conectarse de forma remota y que sean capaces de utilizar la pizarra. También es capaz de traducir automáticamente lo que se está diciendo en las reuniones y con su análisis en vivo puede ayudar a enderezar u orientar las conversaciones.
Es perceptible que las oficinas inteligentes van a nutrirse de avances como la realidad virtual, realidad aumentada, Big Data, machine learning y robotización, y estos cambios van a provocar unas oficinas con una configuración muy diferente a cómo las conocíamos y conocemos en la actualidad.